viernes, 23 de febrero de 2007

SISTEMAS DE INFORMACIÓN

Durante los últimos días, la División de Seguridad Pública del Ministerio del Interior, ha puesto en conocimiento de la ciudadanía el resultado de los estudios técnicos relativo a la totalidad de las denuncias registradas por delitos de mayor connotación social en el país durante el año 2006. Dicha publicación se refiere a un registro de las denuncias que los ciudadanos realizan ante las policías o el Ministerio público por los delitos consignados en tal clasificación. En consecuencia, no se trata de encuestas, entrevistas o estudios subjetivos o proyecciones del gobierno como se ha pretendido señalar; sino que de un REGISTRO que las policías realizan de las denuncias que reciben de parte de los ciudadanos por un determinado tipo de delitos.

Respecto de la categorización de los delitos de mayor connotación social, es dable recordar que ésta no responde a criterios antojadizos, sesgados o variables en el tiempo. Sino que a un acuerdo transversal entre los diversos centros de estudio, policías y gobierno hacia el año 1997, donde se estableció una categoría de delitos (DMCS) como forma de medición de la evolución delictual del país.

Con el correr del tiempo, si bien dicha categorización se ha mantenido estable, los sistemas de medición de la realidad delictual en el mundo han ido evolucionando de forma tal que se reconoce a las encuestas de victimización como el instrumento de mayor seriedad para lograr dicho objetivo, relegando a la evolución de denuncias a un segmento útil para focalizar el accionar policial y preventivo. Así, como se señalara en su oportunidad, el incremento en la tasa de denuncias, no necesariamente refleja un incremento de la delincuencia y viceversa, razón por la cual, a la hora de realizar análisis debe conservarse la mesura y consecuencia y utilizar dicho mecanismo como un buen antecedente para mejorar los niveles de eficacia y eficiencia en el combate a la delincuencia, tanto desde la perspectiva de la prevención como del control y sanción.

Por su parte, es dable hacer presente que las encuestas de victimización requieren de algunos elementos para dotar de antecedentes dignos de proyecciones y análisis. Así, si la muestra es presencial sin duda posee mayor valor respecto de las consultas telefónicas,; de igual forma el período de muestra de campo resulta relevante, mientras mayor es el espacio muestral, mayor es la información que se permite recabar y, por tanto su representatividad. 

La interpretación que se haga de los datos recogidos debe ser mesurada, objetiva y carente de intencionalidades políticas. Así, por ejemplo, afirmar que el sólo hecho de tener un alza en la victimización durante un período marca una “tendencia” al alza delictual, carece de seriedad tanto como afirmar que el incremento de un sólo indicador inflacionario implicaría caer en recesión económica.