No cabe duda que la penetración de internet en la sociedad chilena ha irrumpido con mayor fuerza que cualquier elemento de desarrollo tecnológico. Hoy, resulta común que niños pequeños manejen conceptos de Mouse, click, enter, web, youtube y muchos otros que son propios de la era tecnológica que estamos viviendo.
Junto con el desarrollo de Internet como herramienta de comunicación, han llegado para quedarse un sinnúmero de redes sociales que tiene por objetivo reunir a personas en torno a un tema, imágenes, causas, o simplemente intercambio de información o diversión. Facebook, Flickr, Youtube, Twitter, Blog, Fotolog y bligoo son algunas de las plataformas que reúnen a millones de personas en el mundo y que en Chile cada día tienen más usuarios, adeptos, fanáticos o adictos.
Pensar que Chile se ubica 7º en el mundo en el crecimiento de conexión a Factbook era impensado hace algunos años. Considerar que cerca de 100.000 chilenos ya están incorporados en Twitter y arreglan (o pretenden) arreglar el mundo en 140 caracteres también era utópico hasta hace algunos años.
Hoy, la proliferación del acceso a Internet ha permitido democratizar las formas de comunicación, ha posibilitado el conocimiento de información, lugares, imágenes y videos a personas que de otra forma jamás podrían hacerlo. Ha permitido retomar el contacto entre parientes que viven en diversas latitudes del orbe o en lugares remotos de nuestro país. En fin, los beneficios son vastos y la comunidad nacional e internacional tienen conciencia de ello.
Por estas y otras razones es que la institucionalidad pública y privada debe hacerse cargo de los desafíos que nos depara esta evolución tecnológica en nuestro país. Extensión de cobertura o iluminación de localidades rurales, seguridad de las redes, subsidio estatal para conectividad de los sectores desposeídos, protección de datos personales, debates sobre calidad de servicio y musculatura estatal para fiscalizar las ofertas de los proveedores de servicios de Internet. Son algunos de los temas que debemos enfrentar para incorporar la tecnología como elemento de desarrollo, innovación, creación, educación y productividad de nuestro país.
Poco a poco iniciaremos un debate sobre cada uno de estos puntos, con tus aportes, de seguro podremos aportar al desarrollo de una política pública integral ene sta materia y constituirnos en un grupo generacional dispuesto a aportar en un tema de tanta relevancia. Conocer, acceder y manejar las tecnologías constituyen el silabario del mañana y los países que sueñen con el desarrollo definitivo de sus pueblos, deberán entender que sin tecnología dicho sueño puede transformarse en una mera utopía muy difícil de alcanzar.
El desafío está lanzado, espero sumes tus conocimientos, ideas o artículos que en las diversas latitudes del orbe y la red puedas sumar a esta discusión que recién comienza.
Felipe Harboe Bacuñán
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