martes, 16 de marzo de 2010

BONOS Y TERREMOTO

Estamos en plena discusión sobre el bono de Marzo comprometido por el Presidente Piñera en su campaña presidencial. No les parece algo increíble?. Pensar en pagar un bono con un costo cercano a los U$300 millones de dólares a muchas chilenas y chilenos que ciertamente lo requieren, pero que, dado el cambio fundamental de las circunstancias carece de lógica, seriedad y oportunidad.

Los bonos son una tentación de todo gobierno y toda tendencia política para recuperar el apoyo popular en el corto plazo. A la ciudadanía le gusta recibir un cheque nominativo para poder gastarlo libremente. Pero hay momentos para ellos y otros para evitarlos. Ciertamente, en medio de una situación de crisis económica severa, con alza del desempleo por sobre los dos dígitos, incremento en el costo de la canasta básica y costos de la vida desproporcionados, la aparición de un bono “extraordinario” y “excepcional” parece como un apoyo a la superación de dicha coyuntura. Pero institucionalizar el pago de bonos como forma de ayuda social, parece más un intento por sobrellevar las culpas por las desigualdades e injusticias sociales propias del actual sistema, sin intención de corregirlo en su base. Parece algo mezquino, superficial y populista.

¿Es la asignación de bonos la forma de enfrentar las necesidades sociales? ¿Será que la política sólo se circunscribirá a la obtención de resultados de corto plazo? Esta discusión ciertamente puede ser impopular. Pero quienes ejercemos funciones públicas, somos llamados a trabajar mirando el interés nacional más allá de los aplausos y opiniones para la galería.

Creo que sería mejor, hacernos cargo de las desigualdades sociales a través de la elaboración de instrumentos de corto, mediano y largo plazo, que permitan a quienes tienen necesidades, enfrentarlas con oportunidades y herramientas suficientes para superar la condición de marginalidad y segregación, mejorando la dignidad de las familias chilenas. No creo sea bueno mantener la “desigualdad estructural con bonos esporádicos”. Esto sólo contribuirá a subvencionar un sistema injusto, sin hacerse cargo de las modificaciones de fondo que hemos de enfrentar, y sólo calmará parcialmente las necesidades coyunturales de unos y las conciencias de otros.

La reflexión planteada no tiene que ver con el autor de la iniciativa o, a estas alturas promesa de campaña. Esto vale para todos aquellos que vean en los bonos, la forma de enfrentar la desigualdad, más allá de las diferencias políticas.

El Presidente, en su campaña presidencial comprometió la entrega de un bono de $40.000 pesos a cuatro millones de compatriotas. En aquél entonces, había desempleo alto y navegábamos por la crisis económica. Hoy el escenario cambió. Y cambió radicalmente. Chile sufrió el más devastador terremoto de los últimos tiempos. Muchas chilenas y chilenos que hasta entonces no requerían de apoyo social, hoy, quizás lo requieran con urgencia. Los pobres post 27/2 son más y distintos de los que había previamente a ese día. Puede entonces, darse el absurdo que muchas familias afectadas no reciban el bono comprometido, ya que la institucionalidad social es incapaz de incorporarlos con tanta celeridad en los catastros de los “socialmente vulnerables”.

Hoy, más que nunca, todos los recursos económicos deben estar dispuestos para ayudar a los afectados por el sismo, no hay tiempo para bonos extraordinarios. Se dice que los costos aproximados de la reconstrucción llegarán a los U$30.000 millones. La autoridad señala que carecemos de dicha cantidad y, no se explica entonces el por qué persisten en el pago del bono que costará aproximadamente U$300 millones de dólares, aún en las actuales circunstancias y premura presupuestaria.

Si el Presidente retira el bono y explica las razones, sería comprensible, sería una muestra de seriedad en la conducción económica y un claro golpe de timón a la tentación de pagar promesas de campaña, en razón de la nueva realidad social y económica del país.

Veremos qué camino tomarán las autoridades. El camino largo, serio y difícil, de suspender el pago del bono y reasignarlo para disminuir los déficits para la reconstrucción y ayuda social para las familias afectadas. O el camino corto, del aplauso fácil, para aparecer cumpliendo una promesa de campaña más allá del interés y la premura nacional.

Para descargar el Proyecto del Presidente de la República sobre proyecto que otorga bono Solidario, haz click aquí

1-358_Mensaje_Bono_Marzo_1_.doc

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