jueves, 22 de octubre de 2009

INSCRIPCIÓN AUTOMÁTICA Y VOTO VOLUNTARIO

Durante los últimos días hemos observado el resurgimiento del debate relativo a la necesidad de contar con un sistema de inscripción automática y voto voluntario como mecanismo necesario para incrementar la legitimidad de los procesos electorales.

Algunos datos ilustran la urgencia de la modificación. En Chile existen aproximadamente 16 millones de habitantes, de ellos, una cifra cercana a los 12 millones de personas son mayores de 18 años y, por tanto en condiciones etáreas de votar. De ésta cantidad, cerca de 8 millones de personas están habilitadas para sufragar en función de encontrarse inscritos en los registros electorales. Del total de inscritos en dichos registros, en la primera vuelta presidencial sufragaron poco más de 6 millones de ciudadanos. De los votos válidamente emitidos, los 2 candidatos que pasaron al Ballotage obtuvieron entre ambos una cifra no superior a los 5 millones quinientos mil votos divididos entre ambos con mayoría relativa del candidato aliancista. Es decir, el próximo Presidente de la República será electo por una cifra medianamente superior a 3 millones de votos lo que implica que la máxima autoridad nacional gozará del apoyo explícito cercano al 25% de los potenciales electores, y al 20% del total de la población, lo que sin duda afectará su legitimidad y la del sistema político en su conjunto.

Más allá de las causas y consecuencias políticas de dichos resultados, que serán materia de otro análisis, es dable observar la urgencia de modificar nuestro actual sistema habilitante para sufragar.

De conformidad al artículo 13 de nuestra Constitución Política de la República, el sufragio constituye un derecho, propio de los ciudadanos o de extranjeros avecindados en Chile que reúnan ciertos requisitos establecidos en las normas constitucionales y en una ley de rango orgánica constitucional. De conformidad a la norma en comento, para ejercer el derecho a sufragio debe cumplirse con una formalidad, la inscripción en el registro electoral.

El proyecto enviado por el ejecutivo al Congreso Nacional, establece que por el sólo hecho de cumplir 18 años y, no teniendo inhabilidades establecidas en la ley, se podrá sufragar sin necesidad de inscripción alguna. Es decir regirá en nuestro país un sistema de inscripción automática y correspondería sufragar en la mesa receptora de sufragios correspondiente al domicilio del ciudadano.

Respecto de este punto es necesario hacer presente que será necesaria la recta y minuciosa regulación de la materialización de esta reforma en cuanto a locales de votación, redistribución de mesas, supresión de locales de votación y otros elementos prácticos. A mi juicio correspondería aprovechar la discusión legislativa para terminar con la diferencia de locales en razón de género. En mi opinión, a estas alturas del desarrollo de la sociedad y, considerando la evolución en la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, no aparece justificable la existencia de locales diferenciados para hombres y mujeres.

Todo lo anterior a fin de evitar que en el primer proceso electoral donde se apliquen las modificaciones se produzcan trastornos que puedan complicar el desarrollo del proceso electoral.

Respecto de la voluntariedad del voto es menester hacer presente que últimamente han surgido voces que plantean que la ésta sería cuestionable en cuanto podría implicar una disminución drástica de la participación electoral y, con ello, aumentar la falta de legitimidad de los procesos electorales atentando incluso contra la estabilidad política.

Sostener lo anterior, implica en primer orden, reconocer la incapacidad de quienes participamos de la actividad política para motivar que los ciudadanos puedan concurrir a manifestar su decisión a través del sufragio universal. Creo firmemente en la voluntariedad del voto, justamente para poner el peso de la responsabilidad en la clase política y motivarla a ser lo suficientemente audaz para incentivar a los ciudadanos a tomar posiciones a través del sufragio universal con propuestas atractivas para el desarrollo de Chile en su más amplia dimensión.

¿Por qué debiéramos sancionar a quien legítimamente considere que ninguna de las alternativas planteadas satisfaga sus aspiraciones?

Resulta política y socialmente inaceptable que como sociedad decidamos institucionalizar un sistema donde una de las alternativas que posee el ciudadano (no concurrir a sufragar) sea objeto de sanción a través de una multa.

La Constitución política consagra el sufragio como un derecho y no como un deber. A diferencia de las “cargas constitucionales” -como los impuestos y otras- el sufragio constituye un derecho y, como tal su ejercicio es libre de parte de quienes se encuentren habilitados para ello. Por tanto, la decisión de no ejercer dicho derecho no puede ser sancionada, toda vez que implica una decisión racional, libre y espontánea del ciudadano elector, por una alternativa vigente, no ejercer su derecho.

¿Resulta lógico que parte de la clase política se solace hablando de la “gran participación electoral” con el actual sistema de voto obligatorio?

No parece correcto congratularse por los altos índices de participación, de entre los que se encuentran inscritos en los registros electorales, ya que su no concurrencia es sancionada por el ordenamiento jurídico. Es decir, en la práctica existe un subsidio jurídico a la participación a través de un incentivo negativo a la no concurrencia, una sanción de multa.

En consecuencia, resulta de toda lógica suponer que existe un conjunto de ciudadanos inscritos en los registros electorales, a los cuales las alternativas propuestas por la clase política puede no satisfacerles, pero poseen la conciencia de que a pesar de ello no pueden abstraerse del proceso electoral por el riesgo a que se les imponga una onerosa sanción.

Por tanto, no es exagerado suponer que un copnjunto considerable de ciudadanos electores sólo concurre a votar por temor a la sanción; es decir, por la coacción que el estado puede ejercer en su contra por no participar del proceso electoral.

No es posible que la ciudadanía sea convocada de manera automática a manifestar su voluntad popular a fin de facilitar su participación; pero, a su vez, optemos por un sistema donde se les coacciona por el hecho de no ejercer sus derechos. El Chile del postbicentenario está lo suficientemente preparado y maduro como para permitir que cada ciudadano sienta y ejerza libremente los derechos reconocidos por nuestra carta fundamental sin necesidad de amenazar su no ejercicio.

Personalmente creo que el voto voluntario contribuirá de manera decisiva a que la clase política asuma la responsabilidad de realizar propuestas innovadoras, serias y responsables so pena de decaer la participación ciudadana en los procesos electorales.

Prefiero que los ciudadanos concurran a votar por convicción y no por temor a la sanción, lo que claramente marca una diferencia en el sentido del sufragio. Por esto y por mucho más…

INSCRIPCIÓN AUTOMÁTICA Y VOTO VOLUNTARIO AHORA!!!

miércoles, 21 de octubre de 2009

LA POLÍTICA COMO ARTE DE SOLUCIÓN

La política como solución
Desde que los seres humanos se reunieron y decidieron vivir en comunidad, se han dado diversas formas de organización para un mejor vivir. Mientras los primitivos imponían autoridad por la fuerza y destrezas individuales, la evolución del hombre fue mutando las formas de organización. Así, mientras las sociedades católicas fundaban el poder en Dios y éste lo delegaba a un soberano quien lo ejercía en su nombre y representación., las sociedades laicas fundaban la soberanía en el pueblo y, mediante una delegación popular se nombraba a representantes quienes respondían ante asambleas de representantes. En fin, a lo largo de la historia, en diversas formas la política ha existido como arte, ciencia y actividad.
Es un arte, ya que gobernar implica la conjugación de un conjunto de elementos necesarios para compatibilizar crecimiento, bienestar, orden y paz al interior de una sociedad. La recta armonía de las virtudes con la capacidad de articular acuerdos, para el logro de los objetivos propuestos, constituyen sin duda un arte. De hecho, es la política la que ha evitado la proliferación de conflictos bélicos y la que, en ocasiones, también ha sido incapaz de evitarlos o, peor aún, los ha provocado.
Es una ciencia, ya que junto a las virtudes propias de quienes se encuentren detentando el poder de administración, se requiere de manera creciente la utilización de procesos, procedimientos y técnicas para hacer un uso eficaz y eficiente de los recursos públicos. ¿Cómo compatibilizar conceptos de eficacia y eficiencia con rentabilidad social? Son diversas las tesis que intentan abordar dicha interrogante y son crecientes las experiencias que se inclinan por la línea intermedia, gracias a la aplicación rigurosa de metodologías ya implementadas en países desarrollados.
Constituye finalmente, una actividad para un conjunto de personas que entienden que lo colectivo, lo común, está por sobre lo individual y lo exclusivo. Personas que están disponibles para dejar en un segundo plano sus preocupaciones particulares, en pos de la solución de problemas comunes o sociales. En fin, constituye una actividad noble de preocuparse por el entorno y su gente.
En Chile, gobernar es y será cada día más complejo. Por una parte nuestra sociedad exige al estado elementos que antes sólo reservaba a los servicios privados. Servicio, oportunidad y calidad del mismo. Tales elementos copulativos constituyen una constante presión a la autoridad de turno para resolver las demandas ciudadanas. Hoy, la ciudadanía se encuentra “empoderada”, es decir, consciente de su poder de reunión y presión sobre la autoridad. Ha comprendido que su condición originaria de fuerza política difusa, enfrentó una mutación organizacional que hoy le da resultados. Hoy, exige lo que antes pedía y lo hace a través de mecanismos de presión y uso de la vía pública y el enfrentamiento público de sus autoridades. Conoce de sobremanera el poder de los medios de comunicación y su influencia en las decisiones de la autoridad, es decir, estamos en presencia de una ciudadanía activa, consciente de sus derechos y sedienta de satisfacción inmediata, de necesidades que en ocasiones son estructurales.
Por su parte, tenemos una autoridad que bien intencionada, quizás ha generado expectativas que superan con creces la capacidad de solución. Una autoridad maniatada por un conjunto de normas administrativas que impiden mejorar la eficacia, eficiencia y oportunidad de soluciones requeridas por los ciudadanos. Una autoridad que se debate constantemente entre la recta administración y la falta de oportunidad en la solución de sus demandas. Entre el temor del cumplimiento cabal de las normas administrativas, a fin de evitar cuestionamientos de probidad o inobservancia legal o reglamentaria. Una autoridad que se encuentra en un estado con rigideces insuperables en materia laboral, lo que obliga a duplicar las dotaciones funcionarias a fin de compatibilizar el desarrollo de carrera con la confianza y eficacia exigidas x la ciudadanía. Un gobernante que se encuentra horquillado por el discurso de la despolitización de la política y el estado; cuyas opiniones políticas son cuestionadas y censuradas por los medios y la oposición. Es decir, un funcionario al cual se pretende extirpar todo viso de adhesión o pensamiento político. Un gobernante al que le contraponen lo técnico a lo político, siendo que existen definiciones políticas que en pos de la compatibilidad del arte de gobernar puedan parecer técnicamente cuestionables en un momento determinado. Es decir, nos enfrentamos a un escenario donde la ciudadanía enfrenta y enfrentará un nuevo período con mayor vehemencia y eventual beligerancia para la satisfacción de sus necesidades nuevas y estructurales y, contaremos con una autoridad presa de un estado digno de la década del 60, preso por normas vetustas carentes de realidad práctica. Un estado que no da cuenta de la realidad y menos de los desafíos de futuro que nuestro país deberá enfrentar con fuerza, para consolidar el camino del crecimiento y el paso definitivo a la condición de país desarrollado, para lo cual debemos ser capaces de iniciar discusiones de temas de tercera generación: La independencia en la matriz energética como elemento de desarrollo y seguridad nacional; la diversificación de nuestra fuente de crecimiento; la exploración de nuevos mercados; la incorporación de valor agregado y desarrollo tecnológico en nuestros productos; el desarrollo de la biotecnología con fines de salud y de innovación en procesos productivos de recursos naturales; el desarrollo de plataformas tecnológicas y el uso de las tecnologías como medios de globalización y desarrollo productivo. Las TICS como condición básica de la educación pública y el manejo de idiomas, como mecanismo de desarrollo cultural y oferta a nuevas inversiones extranjeras.
La política es una actividad noble, cuyo fin debe ser el beneficio del prójimo, de los otros. Es el arte de la preocupación por lo social, lo colectivo, lo común por sobre lo individual y lo particular. La política debe adecuarse a la nueva realidad del mundo y de Chile para hacer frente con oportunidad y eficacia las demandas del nuevo orden nacional e internacional. Para ello, requerimos de la renovación urgente de la clase política chilena. No me refiero sólo a la disminución de edad de quienes la ejercen, sino también en el cambio de estilos de ejercer la actividad pública. Un cambio en las formas de administrar o aspirar al poder. Un cambio donde los ciudadanos sean el centro de preocupación pública y la lucha por el poder, mantenga límites éticos infranqueables por los contendores, donde se derriben crecientemente las barreras de entrada a dicha actividad y dónde el trabajo en el estado constituya un orgullo para quien lo ejerce y un reconocimiento por parte de quien lo observe.

martes, 13 de octubre de 2009

Los 10.000 carabineros de Piñera.

El año 2005, en medio de la campaña presidencial, cuando Michelle Bachelet propuso el incremento de dotación de carabineros en 6.000, su adversario, Sebastián Piñera arremetió cómo si se tratara de una disputa en el mercado de valores, ofreciendo 10.000 carabineros adicionales, lo que llevó al tercer candidato de entonces, Joaquín Lavín, a ofrecer 10.001, ridiculizando así la propuesta Piñerista.

Hoy, 4 años más tarde, el nuevamente candidato Sebastián Piñera, vuelve a proponer su iniciativa y, tal como entonces, creo necesario ser responsable y señalar lo aventurado y falto de rigurosidad de su propuesta, advirtiendo los eventuales riesgos de dicha medida.

10.000 carabineros en 4 años, supone la formación de 2.500 carabineros por año. A ese período, hay que descontarle el primer año, ya que el presupuesto queda definido por el actual equipo económico y dicha situación no está dentro de la ley de presupuestos del año 2010.

La actual infraestructura educativa de carabineros de Chile sólo soporta la formación anual de 1.500 carabineros en dos períodos de formación y egreso. Es decir, comprometer 10.000 carabineros con la actual infraestructura formativa es imposible y no resulta serio.

Si se plantea aumentar la capacidad de formación de la institución policial, dicha inversión deberá ser aprobada en el presupuesto 2011 y, por tanto, eventualmente iniciar su operación el año 2012 lo que ciertamente impedirá cumplir lo prometido por el candidato derechista.

Suponiendo que todo lo anterior es superado por un mágico financiamiento extraordinario o una eventual redistribución presupuestaria, el problema se radicará en la calidad de los seleccionados para ingresar a los cursos de formación.

En efecto, en la actualidad 2 de cada 10 postulantes son seleccionados por la institución policial en rigurosos exámenes de admisión, que tiene por objetivo velar por la idoneidad de quienes ingresan a dicha institución. De prosperar la propuesta de Piñera, deberán seleccionarse 5 de cada 10, lo que obviamente redundará en que los criterios de selección se verán flexibilizados atentando contra el principal patrimonio de Carabineros de Chile, su prestigio y probidad.

Ciertamente la seguridad es una de las principales preocupaciones de la ciudadanía y es necesario profundizar las inversiones en prevención, sanción, control y rehabilitación. De igual forma, se requieren inversiones en las instituciones policiales, pero éstas deben ser serias, responsables y salvaguardando la profesionalización y prestigio de las instituciones encargadas de la protección de la ciudadanía.

Resulta tan difícil lograr que las instituciones obtengan la confianza ciudadana y resulta tan fácil perderla, que se debe ser cuidadoso en las propuestas y en sus eventuales consecuencias, no quedándose sólo en lo fácil y popular.

Felipe Harboe Bascuñán

Ex Subsecretario de Carabineros

Ex Subsecretario del Interior

jueves, 1 de octubre de 2009

Cuando el hablar y el hacer se divorcian

Estimadas vecinas y vecinos:

Hay quienes han hecho de su vida política la denuncia, la descalificación, el ataque y el intento de desalojo de las autoridades de turno. Hay otros que hemos optado por trabajar para darle solución a los problemas. Mientras ellos se “preocupan” por la delincuencia, otros decidimos “ocuparnos” de los delincuentes. Así, algunos reducen su preocupación por el delito, a pomposas conferencias de prensa los fines de semana desde algún lugar tranquilo y seguro, utilizan frases explosivas y cuñas cuidadosamente elaboradas para transmitir firmeza en los 4 segundos de televisión o en la portada de un diario. Otros optamos por hacer una alianza estratégica con los que día a día hacen la pega dura, peligrosa e ingrata, a riesgo de nuestra propia seguridad y nuestras familias: carabineros, detectives y fiscales. Construimos un trabajo conjunto para perseguir, en los hechos (y no sólo en el discurso) a los que atemorizan a los vecinos. Es decir, por un lado están los que hablan y por otro, estamos los que hacemos.

Ustedes como vecinos de la comuna, deben saber que hay personas que recorren la comuna llenándose la boca de la mano firme contra la delincuencia, el candado a la puerta giratoria, aumento de penas y un conjunto de otras medidas que causan impacto en la comunidad.

Sepan ustedes, que esas mismas personas que tanto hablan, no han querido cooperar en los hechos con la lucha contra la delincuencia. Esta semana, la Cámara de Diputados pudo haber contribuido a un hecho histórico para Chile: aprobar la creación de un Ministerio de Seguridad Pública, donde se radicarán las facultades para mejorar la lucha contra el delito. Una institución planteada por la Presidenta Bachelet y acordada en el Senado, con actores relevantes en el tema como Andrés Chadwick, Hernán Larraín, Soledad Alvear, José Antonio Gómez, Alberto Espina, entre otros. Es decir, la clase política se puso de acuerdo y escuchó la petición de la Presidenta para enfrentar unidos a los delincuentes, sin distinciones.

Sepan ustedes que en una actitud mezquina con los ciudadanos, los diputados de la UDI y algunos de RN liderados por Alberto Cardemil, votaron en contra de este importante proyecto, que tal como señalé antes, contaba con el respaldo de Senadores de la UDI y RN.

Lo lamentable de esa decisión, es que la implementación del Ministerio, se dilatará, y con ello, se demorarán los beneficios directos a todos los habitantes de la comuna y del país.

Si los políticos quieren recuperar la credibilidad de la ciudadanía, deben partir por hacer lo que dicen, y no andar por las calles pregonando cosas que finalmente no están dispuestos a hacer.

¿Dónde queda la consecuencia, el interés por Chile y su gente? ¿Creerán algunos que por estar en medio de una elección, le deben poner trabas a la Presidenta Bachelet y a la lucha contra la delincuencia? Sepan ellos, que los delincuentes no toman vacaciones ni interrumpen sus delitos porque algunos están en elecciones, por ello el trabajo debe ser permanente y constante, sin miramientos políticos de ninguna especie. La mezquindad es la que le hace mal a Chile. El sectarismo político es el que nos tiene cansados a muchos.

Por eso, es que los llamo a que el Domingo 13 de Diciembre, voten en conciencia, no pensando en partidos ni en historias, sino en las personas, pensando en que ese día estaremos decidiendo entre los que dicen una cosa y hacen otra, le ponen trabas a nuestra Presidenta, dividen a los vecinos entre los de derecha e izquierda y son incapaces de pensar en Chile y en su gente, antes de sus intereses políticos individuales, los que aparecen 3 meses antes a pedir el voto, en fin, los que ustedes ya conocen.

Por otro lado, estaremos aquellos que con trabajo de terreno, esfuerzo y dedicación permanente, estamos dispuestos a ingresar a esta actividad para cambiarla y acercarla a la gente con verdad, franqueza y honestidad, para demostrar en la calle, que Santiago y Chile pueden más; que tengas un diputado que te sirva, que te acoja cuando tienes una necesidad o un miedo, no sólo durante la campaña sino durante todo el período; un diputado que te rinda cuentas de lo que hace; un diputado que conozca la comuna y sus problemas, en fin un diputado que te reciba, te escuche y que mas allá de tus ideas, sea capaz de orientarte y apoyarte.

Esos son estilos muy distintos. Son formas de ver la vida, de enfrentar el trabajo muy distintas. Yo me identifico con los últimos y eso es lo que quiero que sepas.

Quizás en alguna oportunidad tendremos legítimas diferencias, las diré como acostumbro, directo y de frente y jamás intentaré boicotear al que gobierna, porque eso le hace mal a Chile y finalmente a todos ustedes.

El Ministerio de Seguridad era una oportunidad de demostrar la grandeza política, y la votación demostró que hay muchos que aparentemente ya la olvidaron.

Yo, trabajé duramente para contar con ese ministerio porque como sabes (otra cosa es con guitarra) desde la práctica pude conocer lo que hace falta para mejorar la lucha contra el delito, y ese proyecto ayudaba a esto, al dar herramientas a las autoridades para darte más seguridad. Por ello es que como Diputado por Santiago VOTÉ A FAVOR DEL PROYECTO y lamenté su rechazo. Pero hay que poner manos a la obra. Por ello, ya estamos conversando para llegar a acuerdos con la oposición razonable y evitar que la irresponsabilidad de algunos nos afecte a todos. Porque Chile se puede construir con acuerdos entre unos y otros, sobretodo en estos temas donde los delincuentes no distinguen si eres de derecha o izquierda, solo te agreden y atacan. Es deber trabajar unidos por un objetivo común.

Si quieres trabajar por Santiago y por Chile, si eres de los que prefieres los hechos a los discursos, y sabes que el mundo se cambia con acciones, entonces súmate al equipo de ACCIÓN en www.harboeaccion.cl.