martes, 15 de diciembre de 2009

Estimadas amigas y amigos:

He considerado necesario escribir unas líneas, a fin de contarles una experiencia personal, que de seguro ocurre habitualmente a muchas personas con consecuencias muy negativas para ellos.

El día lunes 14 de Diciembre, el diario La Segunda hizo un reportaje sobre la “calidad de pagadores de los parlamentarios”. Para fundar dicho reportaje tomaron como indicador un “predictor de riesgo”, elaborado por la empresa DICOM. Dicho predictor, establece un ranking de riesgo en razón de 3 factores principales: Número de protestos que posee la persona; su número de morosidades y número de consultas de sus antecedentes que se han realizado a Dicom sobre dicha persona.

En dicho predictor, se me ubicó en el sector de riesgo entre “moderado y muy alto” con un puntaje 325 sobre 1.000, siendo 0 el más riesgoso y 1.000 el menos riesgoso.

Lo curioso de dicha clasificación es que -tal como se consigna en el informe- yo NUNCA he tenido un protesto de ningún documento y JAMÁS he tenido morosidades siquiera.

Es decir, mi “categoría de riesgo” se funda exclusivamente en la cantidad de personas que han consultado mis antecedentes, en las bases de datos de Dicom, que durante los últimos 3 meses fueron 18, de las cuales 2 corresponden a la empresa editora de La Segunda.

¿Cómo es posible que a alguien se le califique de riesgoso por el sólo hecho de ser consultado por terceros? ¿Es legal realizar “predictores de riesgo” basados en información irrelevante y ajena al ciudadano? ¿Cuáles son las consecuencias que una calificación como esa puede provocar a un ciudadano o a un microempresario?

En mi caso particular, esto no me afecta, pero creo necesario exponer esta situación para denunciar una injusticia que puede estar afectando a muchas personas, con consecuencias nefastas para sus finanzas particulares, por negárseles créditos en función de dicha información.

Qué pasaría si yo consultara 40 veces en un día, al director de un prestigioso medio de comunicación, a un dirigente empresarial, a un adversario político o a un Presidente de la República, con el objeto de afectar su calidad de riesgo, y luego eso se publica para perjudicar su imagen?

¿Qué riesgo puede representar alguien quien no teniendo nunca un protesto ni morosidad alguna, sólo ha sido consultado por terceras personas?

Esto no puede seguir sucediendo, considerando que probablemente esta situación afecta a miles o millones de personas honestas y esforzadas, micro o pequeñas empresas, cuya subsistencia depende de su capacidad crediticia, y que este tipo de información antojadiza e irrelevante, puede marcar la diferencia entre el empleo o la cesantía, entre el emprendimiento o la frustración.

Esta situación devela uno de los principales problemas que tiene la legislación chilena sobre protección de datos. Por ello, presentaré una moción parlamentaria destinada a prohibir este tipo de predictores, que se basan en consultas sin elementos objetivos de responsabilidad, y destinada también a prohibir su publicación en medios de comunicación, a fin de evitar que sean utilizados como elementos de lucha electoral y que además, afectan a ciudadanos indefensos, pues construyen perfiles de la gente, por el tratamiento de datos personales, lo que hace que a éstas se las pueda estigmatizar sin que siquiera exista causa para ello.

Felipe Harboe Bascuñán
Diputado x Santiago

viernes, 11 de diciembre de 2009

CARTA DE AGRADECIMIENTO

Queridas amigas y amigos:

Ha finalizado la campaña parlamentaria y con ello se cierra un ciclo de trabajo agotador, pero por sobretodo muy enriquecedor en lo personal y social.

Con algunos, hemos caminado juntos desde el mes de enero de este año, en medio del calor y de la imagen desoladora de un Santiago vacío. Recorrimos ferias, juntas de vecinos, clubes de adulto mayor y otras organizaciones. Muchos me preguntaban, porqué estaba haciendo campaña tan anticipadamente, y a todos les dije lo mismo: Quiero conocer esta comuna y su gente, quiero escucharlos y que sin intermediarios, me cuenten los problemas que les afectan, y ver la alternativa de ayudar en su solución. De igual forma, les comenté que no quería ser como los políticos tradicionales y aparecer 3 meses antes de las elecciones a pedir el voto para luego desaparecer. Por eso partimos con anticipación. Porque de verdad creo que la forma de trabajar, es estar en permanente contacto con las vecinas y vecinos de la comuna. Que sientan que en los momentos difíciles, tienen un teléfono que marcar, una oficina a la cual recurrir y un Diputado en el que se puedan apoyar. Eso es lo que me inspira en el servicio público.

Durante nuestro camino, se fueron sumando muchas dirigentas y dirigentes de las más variadas organizaciones de la comuna. Desde comités de defensa de los hermosos barrios de la comuna, comités de vivienda, clubes deportivos, organizaciones del comercio, en fin, tanta gente que poco a poco volvió a confiar en que se pueden hacer cosas para mejorar nuestra calidad de vida y que pueden contar con su representante en el parlamento.

Algunas vecinas me decían que no comulgaban con mis ideas políticas, pero que se sumaban a esta nueva forma de trabajo. Mis respetos y agradecimientos a quienes se atrevieron a cruzar la vieja frontera de la política, para sumarse a este proyecto franco, honesto y transversal. Otros volvieron de su desencanto y con energía convocaron, organizaron, rieron y volvieron a recorrer esta comuna. A todos, muchas gracias por su confianza y su apoyo.

No puedo dejar pasar la oportunidad, de agradecer a todo el equipo de la oficina parlamentaria quienes sufrieron el rigor de un jefe trabajólico y se vieron contagiados con este espíritu de servicio en terreno, a costa de su tiempo personal y familiar. Muchas gracias por ello a ustedes y a sus familias.

A todo el equipo de puerta a puerta que comprendió que detrás de cada hogar había una persona y una familia, una experiencia de vida, con tristezas y alegrías, problemas y angustias, y que supieron transmitir el mensaje de humanidad y acogida que enviamos. Gracias muchachas y muchachos, porque estoy consciente que le pusieron corazón a una función agotadora y muchas veces ingrata.

Gracias a mi familia por permitir quitarles tiempo y calidad de vida, para dedicársela a los vecinos y vecinas de Santiago. Muchas gracias por la comprensión y apoyo.

Gracias a los militantes de los partidos políticos de la Concertación, amigos y familiares que cada fin de semana con calor y agotamiento, nos apoyaron en las funciones territoriales en diversos puntos de la comuna.

Finalmente, he dejado el espacio para agradecer a las vecinas y vecinos de la comuna de Santiago. A esos miles de anónimos ciudadanos, que me recibieron, me abrieron las puertas de su casa, me invitaron un jugo, agua o una bebida. A los feriantes que nos brindaron ánimo en los momentos de mayor agotamiento, a quienes a pesar de las desilusiones pasadas, estuvieron dispuestos a volver a confiar. También a todos quienes debieron soportar la presencia de propaganda en las calles, a quienes con una mano en alto, una bocina o un beso y un abrazo, me desearon buena suerte. A todos y todas Muchas Gracias.

Espero tranquilo los resultados del Domingo 13 de Diciembre. Tranquilo, porque hicimos todo lo que debíamos hacer y no prometimos nada que no podamos cumplir. Porque fuimos serios y responsables, porque en el camino ayudamos a muchas vecinas que requerían de un empujoncito para vivir mejor. Tranquilo, porque los ciudadanos sabrán valorar cuando alguien trabaja de manera honesta y abnegada.

A ganar el Domingo!!

Un abrazo a todas y todos

Felipe Harboe Bascuñán

Diputado x Santiago

jueves, 10 de diciembre de 2009

La Manoseada Renovación

A estas alturas del debate, no cabe duda que las coaliciones políticas y sus partidos, deben mantenerse vigentes ante la sociedad, si realmente aspiran a ser mayoría y ejercer el poder (o mantenerlo), debiendo ser capaces de reinventarse e interpretar la evolución de las sociedades.

El mundo cambió y Chile también. Atrás quedaron los manifiestos que reclamaban por el retorno a la democracia y la libertad en Chile, y con ello los dirigentes que la pregonaban como un fin en sí mismo. Hoy, la libertad es un derecho y la democracia (con imperfecciones) impera en nuestro país.

Los partidos políticos han debido adaptarse a la nueva realidad para sobrevivir. Lamentablemente la adecuación no ha sido ni con la oportunidad ni en la profundidad requerida, lo que ha llevado a que cada día sean menos los que se identifican con algún partido político. Según los últimos estudios, sólo el 5% de los ciudadanos milita en algún partido político, es decir, 9,5 de cada 10 personas no pertenece a ningún partido político. De igual forma, las encuestas ubican a los partidos políticos en los últimos lugares de confianza y/o credibilidad social, lo que denota la profundidad de la crisis del sistema de partidos en Chile.

¿Se puede recuperar la confianza en los partidos políticos?

Sin duda se puede, pero la forma de hacerlo es muy compleja y requiere de la coexistencia de algunos factores. Por de pronto, necesita solidez y consistencia en su visión de la sociedad, y claridad de su misión dentro del espectro político nacional; cambio en las formas de administración del poder interno de las coaliciones; propuestas de futuro que sean capaces de mostrar la sociedad que se pretende, basada en un conjunto de principios y valores que impregnen la mística necesaria, para alcanzar el objetivo; una perfecta combinación de pragmatismo local, a fin de hacer partícipe del proceso a los ciudadanos y su realidad particular (identificación); renovación de liderazgos.

En este punto, hay que distinguir entre las normas que regulan la renovación en las estructuras partidarias y en los cargos de elección popular, que deben ser cada día más estrictas. Para ello, requerimos modificar la ley de partidos políticos y adecuarla a la nueva realidad; consagrar las primarias abiertas como forma de selección de candidatos; cambiar el sistema electoral binominal y sui generis, por uno plurinominal y mayoritario; poner verdaderos límites al gasto electoral, a fin de eliminar barreras de entrada a la actividad política de quienes tienen menos; establecer límite a reelección de cargos de elección popular. Junto a esto, debemos propender a un creciente proceso de renovación de liderazgos, a fin de demostrarle a la sociedad que las nuevas generaciones poseen las capacidades, la visión y la vocación de servir a Chile.


Durante el último tiempo, hemos observado que la “renovación de la política” parece ser una moda con réditos electorales. Así, unos integran a sus comandos o partidos, rostros ajenos a los estructuras políticas, otros rebajan las edades de las vocerías, y otros, lisa y llanamente, montan proyectos paralelos fundados en una supuesta renovación, escondiendo una de las más vetustas prácticas políticas: el individualismo y la preferencia de proyectos individuales por sobre los colectivos.

¿Es la renovación exclusivamente la disminución de la edad de los actores políticos?

Ciertamente NO. Quien crea que la renovación de la política consiste en disminuir la edad de los principales actores, entonces no entiende nada. Hay muchos jóvenes, cuyas prácticas políticas suelen ser igualmente nefastas que las de personas mayores. ¿Cambiaremos viejos operadores por jóvenes operadores? No es lo que tengo en mente. La renovación sin contenido, no tiene ningún sentido. No vale la pena desgastar el concepto de renovación a través de los medios, para “ponerse” como rostro o figura, sin presentar propuestas de país, contundentes y efectivamente renovadoras.


Al leer el último libro de don Edgardo Boenninger, me convencí que la renovación no es cuestión de edades, sino de capacidades y visión sobre la vida y la sociedad. Hay personas con edad muy avanzada, capaces de plantear renovaciones con mayor profundidad que ciertos jóvenes “iluminados”. Por ello, es que sigo sosteniendo que la renovación no puede ser en contra de alguien, sino con todos. Renovación es un concepto inclusivo y no excluyente. Se puede renovar con personas de edad y jóvenes; combinando la experiencia con la energía. Chile merece lo mejor, y lo mejor no está de manera exclusiva en ningún segmento etáreo.

La renovación que clama la ciudadanía, es mucho más profunda de lo que algunos jóvenes operadores piensan. Supone apertura de espacios para nuevos liderazgos, donde los temas del futuro, la capacidad de articular acuerdos, la transversalidad y la prudencia, sean herramientas a utilizar en pos del bien común. Una renovación de estilos y formas, donde no prime la “aristocracia” como forma de ascenso ni el amedrentamiento como forma de cooptación de adherentes. Una renovación que píense en los temas del futuro de Chile. Disminución de desigualdades; educación de calidad; innovación; desarrollo biotecnológico; consorcios de investigación; diversificación de matriz energética como forma de sustentación del crecimiento; nuestro rol en el control del cambio climático; mirar las telecomunicaciones y tecnologías de la información, como herramientas de desarrollo e inclusión; protección patrimonial; incorporación de valor agregado a nuestros productos naturales, para no ser una economía monodependiente. En fin, una renovación que implique poner en la mesa un conjunto de temas, tras los cuáles se hagan amplias convocatorias ciudadanas a opinar y participar de su decisión. Una renovación que no le tema a la democracia directa; que crea de verdad que el estado tiene un noble fin dentro de la sociedad; redistribuir en función de obtener la ansiada disminución de desigualdades y nivelar la cancha para jugar en igualdad de condiciones; un estado que regule con eficacia ciertos mercados, a fin de evitar los abusos a los consumidores; un estado que sea capaz de acoger a quienes el mercado desecha por incapacidad, falta de herramientas u oportunidades.

Esa es la renovación que queremos, y quienes sólo promuevan la disminución de edades contribuirán de manera decidida a la frustración de este clamor ciudadano, y la participación de las nuevas generaciones se quedará truncada, esperando que vengan otros que comprendan la magnitud del cambio requerido y tengan la generosidad de apostar a este proceso colectivo y común, por sobre sus legítimas aspiraciones individuales.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Metallica Sí, Club Hípico

Muchos años han esperado los fanáticos de Metallica para poder disfrutar de un espectáculo de clase mundial en Chile. Cada vez que se aproxima la afamada banda rockera, comienzan a surgir los problemas. Objeciones de la iglesia, presiones de grupos conservadores o falta de locación adecuada. En fin, han sido muchas las excusas o razones que han impedido a los fanáticos disfrutar del sonido de Metallica en vivo en nuestro país. El pasado Martes 01 de Diciembre, en compañía de un conjunto de vecinos del barrio Beaucheff, colindante al centro hípico, nos reunimos con el Intendente Metropolitano para manifestarle una vez más que el Club Hípico no reúne las condiciones básicas de seguridad, para albergar espectáculos masivos. ¿Tiene que ver con la próxima presencia de Metallica?


Rotundamente NO. Lo dijimos cuando vinieron Iron Maiden, Depeche Mode y lo haremos frente a cada mega evento que se pretenda realizar en el Club Hípico. Nuestra preocupación no tiene que ver con el grupo, sino con el recinto y su escasa capacidad de albergar con seguridad a los asistentes y de minimizar los impactos sobre el barrio colindante.

El Club Hípico fue construido como un centro de actividad hípica, donde confluyen espacios de competencia, preparación y cuidado de equinos, lugar de apuestas masivas y recintos exclusivos para socios. Numerosos espectáculos hípicos se han realizado en sus instalaciones, en su gran mayoría, actividad competitiva con luz de día y con un número controlado de asistentes a espacios debidamente acondicionados para ello.

Producto de las malas condiciones económicas de la actividad hípica, algunos miembros del directorio han ideado un “cambio de giro tácito” al palacio de la hípica capitalina, para transformarlo en un gran centro de eventos que albergue espectáculos masivos y que con ello se permita ingresar ganancias a las “alicaídas” arcas de la hípica nacional. Así entonces, cada vez más frecuentes se han hecho los recitales y conciertos en dicha locación. Más aún cuando por remodelación, el Estadio Nacional ha cerrado sus puertas.

Lo lamentable es que cada vez que se realiza un espectáculo masivo nocturno en el Club Hípico, los vecinos del recinto deben sufrir que su barrio se convierta en una zona de estacionamientos descontrolada, con bloqueo de los accesos a viviendas particulares; bebedero de alcohol; baños públicos y ring para riñas y peleas hasta altas horas de la madrugada. Una reflexión profunda sobre el tema, debiera llevarnos a analizar las causas de estas conductas antisociales de los asistentes a este tipo de espectáculos. Pero más allá de ellas, existen condiciones objetivas de infraestructura, organización y distribución de los asistentes a este lugar de eventos, que facilitan o promueven dicho comportamiento.

La actual infraestructura del Club Hípico no se encuentra adecuada a la demanda de los conciertos en Chile. Los asistentes deben esperar largas horas en la calle, con el riesgo de iniciar riñas o peleas en el espacio público; los vecinos sufren desvíos que les impiden acceder a sus hogares; los accesos son lentos y peligrosos; no hay ninguna condición para recibir personas discapacitadas; zanjas acompañan el oscuro trayecto que deben recorrer los espectadores hasta llegar al lugar del espectáculo; baños químicos insuficientes, insalubres y sin iluminación; ruido ensordecedor para el vecindario, por no contar con paredes verticales de altura que lo minimicen, etc.

Si a lo anterior, se considera que la segregación de los espacios de espectadores establecida por los organizadores, generalmente no da cuenta de la diferencia de precios en las entradas que pagan los asistentes, estamos frente a un recinto cuyas características, objetivamente no son las adecuadas para albergar este tipo de espectáculos masivos.

Si el Club Hípico decide cambiar el giro de su actividad de manera definitiva, debe sincerarlo. Debe solicitar las autorizaciones correspondientes para funcionar como tal. Debe recordar que dada su actual condición de patrimonio histórico requiere el pronunciamiento del Consejo de Monumentos Nacionales. Debe realizar las inversiones de infraestructura necesarias, para que los asistentes puedan disfrutar de un buen espectáculo y que su realización no altere negativamente la tranquilidad de la vida de los vecinos del sector. Accesos expeditos, accesos para discapacitados, zona de estacionamiento al interior del recinto, paredes verticales mitigadoras del ruido, baños cercanos, salubres y en cantidad suficiente, salidas de escape y emergencia; zona de seguridad para policías, guardias ambulancias y bomberos; aislación del ruido a los caballos que pernoctan en el recinto. En fin, como todo emprendedor, debe realizar las adecuaciones necesarias para realizar este tipo de actividades, de lo contrario, debieran denegarse las autorizaciones de funcionamiento para este tipo de eventos.

Como Diputado, tengo la obligación de hacer presente a la autoridad los problemas que este tipo de espectáculos están generando a los vecinos del sector Club Hípico. Son cientos los vecinos y vecinas que se han acercado a manifestar su preocupación, por los impactos negativos que han tenido en el barrio producto del nuevo giro del Club Hípico. Como parlamentario creo tener la obligación de advertir a la autoridad de los riesgos de seguridad para el entorno y para los miles de asistentes que quieran ver a sus ídolos. Mi experiencia práctica, me indica que de no mediar inversiones de consideración en ese recinto, la autoridad debería denegar las autorizaciones para realizar espectáculos masivos, a fin de evitar riesgos que puedan cobrar la vida de jóvenes o adultos que quieren disfrutar de un espectáculo musical; o que frente a un evento de la naturaleza el público no pueda salir ordenada y oportunamente causando avalanchas humanas que puedan afectar la vida e integridad física de quienes sólo quieren pasarlo bien.

Probablemente lo que le he planteado a la autoridad no sea popular entre quienes adhieren al grupo que le corresponde actuar en dicho recinto, pero créanme, nada tiene que ver con el grupo ni el tipo de público. Tiene que ver simplemente con una diferencia de fondo que tengo con el criterio de los administradores del Club Hípico. Ellos piensan en sus ingresos y yo en los vecinos. Ellos deslindan responsabilidad en las productoras y yo quiero evitar que frente a un incidente mayor comience el “comprahuevos” de la responsabilidad.

Para mí el Club Hípico NO reúne las condiciones para albergar eventos masivos, sin alterar negativamente el entorno vecinal y sin disminuir los riesgos asociados naturalmente a todo evento masivo.

Pudo ser un evento musical, artístico o religioso nocturno. En cualquiera de ellos mi posición será la misma en beneficio de los vecinos y de los asistentes que sin saberlo pueden verse afectados en su seguridad personal. Una posición que prefiere prevenir a lamentar accidentes de jóvenes y adultos que quieren disfrutar de un buen espectáculo. Una posición de defensa de los vecinos del sector, que cada vez que se producen estos eventos, deben asumir que sus lactantes no dormirán, que las entradas de sus casas serán orinadas y defecadas; que algún miembro de la familia deberá permanecer despierto por miedo a que les rompan los vidrios de sus autos o éstos desaparezcan. Una posición que también piensa en las malas condiciones que deben enfrentar los equinos que pernoctan en el Club Hípico y de quienes nadie parece preocuparse. Muchos hablan de protección animal, pero nadie levanta la voz para reclamar por el impacto auditivo que significa para los equinos un recital de música hasta altas horas de la noche.

En fin, una posición que defenderá el derecho a vivir en paz y tranquilidad de las vecinas y vecinos del sector; de los niños y niñas de casas y edificios del sector y de los cientos de adultos mayores que viven en el entorno. Finalmente quiero comentarles, que en mi reunión con el Intendente, le solicité que considerara en el presupuesto 2010 el financiamiento para la construcción de un gran recinto público de espectáculos masivos, que reúna todas las condiciones de infraestructura para llevar adelante conciertos de nivel internacional en nuestro país y para que nunca más, bandas de gran trascendencia en el rock internacional como AC/DC rechacen tocar en Chile por considerar insegura la infraestructura disponible.