Recientemente hemos sido testigos cómo el candidato de la derecha ha faltado a la verdad en un tema ni complejo ni difícil de enfrentar.
En el programa de televisión “Estado Nacional” del sábado pasado, se le preguntó por los excesivos gastos de campaña anteriores a la fecha establecida por la ley para realizarlos. Luego de un conjunto de muecas que revelaron su incomodidad frente a la pregunta realizada, el empresario RN decide responder señalando que a la fecha sólo había gastado 10 millones de pesos. ¿En qué estaba pensando cuando decidió responder semejante barbaridad? ¿Se habrá desconcentrado al escuchar la pregunta? ¿No le habría sido mejor acaso responder de manera directa un “no manejo las cifras de gastos de mi campaña”? En fin.
La respuesta entregada revela algunas complejidades que resulta oportuno advertir.
· Una persona que decide postularse como Presidente de la República, es decir, que quiere ocupar la primera magistratura de la nación y ser elegido por sus ciudadanos pregonando ser ejemplo de vida, no puede faltar a la verdad, o sea mentir. Menos aún puede hacerlo de manera tan descarada frente a las pantallas de TV y después pretender victimizarse. Si este fuere un hecho aislado podríamos estar tranquilos en el sentido que se trató de un error involuntario. Pero lo complicado es que esta conducta ya se le ha observado con anterioridad. Así, algunos meses atrás, en el marco de su gira internacional el candidato de la derecha se preocupó de enviar imágenes de cada una de sus visitas, pero obvió algunos episodios que le causaban incomodidad, como el vivido con los estudiantes chilenos en Londres (donde ellos denunciaron utilización de imagen) y, lo que es peor aún, obvió su entrevista en el diario español “el Mundo” al cual le afirmó con absoluto desparpajo “Cuando llegó la democracia abandoné el mundo de los negocios”. ¿Alguien en Chile creería tal afirmación?. Otra falsa declaración del empresario candidato. Por cierto y, como nota aparte fue lamentable que ningún medio de cobertura nacional reprodujera y analizara tamaña mentira.
Luego, hace algunas semanas y con ocasión del público cuestionamiento sobre su fuga de la justicia en el caso Banco de Talca, nuevamente el empresario RN volvió a faltar a la verdad al señalar que nunca estuvo prófugo de la justicia y, de conformidad a los documentos judiciales y policiales exhibidos, quedo claramente demostrado que sí lo estuvo por 24 días.
Es decir, la falta a la verdad parece ser conducta habitual y no excepción en el aspirante derechista, situación extremadamente compleja para alguien que quiere ser Presidente de la República y se promueve como honesto y transparente. No es bueno para el país que este tipo de conductas pasen inadvertidas particularmente cuando la ciudadanía tendrá que elegir libremente por una persona que los gobierne.
· Una persona que da dicha respuesta a sabiendas que carece de toda verosimilitud y que dicha circunstancia es fácilmente comprobable, manifiesta una desplicencia absoluta respecto de la capacidad analítica e investigativa de sus interlocutores y, lo que puede ser peor, de la ciudadanía, a quien no le reconoce capacidad de reflexión y análisis de lo afirmado ¿Creerá sinceramente el Piñera que la gente es estúpida para creer tamaña falsedad? Usted, que lee esta columna, después de haber visto el despliegue de propaganda radial en horas punta, propaganda impresa por cantidades y gigantografías desde Arica a Punta Arenas, cree que sus gastos ascienden a $10 millones de pesos? Estoy seguro que no; y no es poruqe el candidato sea el opositor, sino porque ninguno de los candidatos presidenciales está en condiciones de afirmar tamaña barbaridad, ni Arrate, Navarro ni Zaldivar siquiera.
Derechamente y sin rodeos. No ha gastado 10 millones de pesos. Ha gastado mucho más, esa es una verdad. Pero el tema no es el gasto en sí mismo. El tema es mucho más profundo y radica en la recurrencia a la mentira y la falta a la verdad como instrumento de difusión personal.
Para salir jugando bastaba una “disculpa” un “me confundí”, “me enredé”, “no manejo las cifras” o un “perdón, no me expresé bien”. Eso era suficiente, nada más. Pero según sus cercanos el reconocimiento de errores propios no está en el ADN del candidato derechista. Mal por él. La nobleza de la disculpa engrandece al equivocado, decían los griegos
Es mucho más simple retroceder y decir un honesto “me equivoqué y no volverá a suceder” que intentar victimizarse y proponer medidas de transparencia a los candidatos en competencia, porque eso es pensar que las mentiras propias requieren modificaciones generales. Es concebir el mundo en torno a si mismo y que las conductas propias condicionan a las sociedades, es decir es intentar que el mundo pague por problemas propios.
Ciertamente esta elección está cada día más agresiva y descalificadora. Mal por nuestra clase política. Pero no puede catalogarse de descalificación cuando se muestra a la ciudadanía al candidato en plenitud. Se trata entonces de que los ciudadanos sepan qué tipo de aspirantes a Presidente tenemos y que, con todas sus virtudes y sus defectos, puedan expresar libremente su voluntad donde las cualidades personales son relevantes a la hora de votar. Ojalá no tengamos nuevos episodios que reabran la discusión sobre cualidades personales de los candidatos y podamos concentrarnos en las propuestas que cada uno ofrece a nuestro país para enfrentar los desafíos del Chile del post bicentenario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario