Santiago fue designada por la revista América Economía como la ciudad de América Latina y Miami con mejores condiciones para realizar negocios. Esta elección se ha visto confirmada con la proliferación de convenciones y reuniones internacionales realizadas en los últimos años en nuestra capital.
Lo anterior se debe a que junto con el desarrollo de las condiciones de hospedería, transporte, telecomunicaciones y servicios, nuestro país ostenta una reconocida estabilidad política y financiera dentro del continente. Todos los indicadores anteriores son elementos relevantes al momento de seleccionar a nuestra capital como punto de encuentro o inversión de capitales. Sin perjuicio de ellos, el indicador que ha permitido ubicarnos en el primer lugar de América Latina, es el relacionada con la baja tasa delictual. Santiago es calificada como una ciudad segura por sus evaluadores, cuya tasa de homicidios es la mas baja de las urbes medidas, donde la policía goza de la confianza ciudadana y donde impera un sistema jurídico que da garantías a la población nacional e internacional.
En ese orden, resulta relevante realizar upgrades a nuestra construcción de ciudades a fin de mantener esta óptima percepción internacional y aumentar la llegada de capitales, divisas y visitantes a nuestro país.
Para ello, se requiere pasar de la construcción de viviendas a la construcción de barrios y ciudades, cuyos conceptos básicos tiendan a recuperar los microespacios urbanos, donde la comodidad de accesos y servicios sean fundamentales pero donde además se pueda contar con los servicios básicos para el óptimo desarrollo de la vida familiar. Uno de esos servicios lo constituye la seguridad pública entendida en forma amplia e integral. Así, las formas de construcción a escala humana, la creación de espacios públicos que llamen a la integración urbana, los sistemas de iluminación de plazas y parques, la iluminación de aceras o veredas, la utilización positiva de los sitios eriazos, la creación de pequeños locales comerciales que permitan el abastecimiento diario, la existencia de establecimientos educacionales y centros de atención de urgencias médicas, la implementación de sistemas de televigilancia y la construcción de unidades policiales de barrio son elementos que pueden impulsarnos hacia la creación de barrios y ciudades seguras.
En la actualidad para la aprobación de proyectos de desarrollos inmobiliarios se debe dar cumplimiento a lo dispuesto en las normas del sistema de evaluación de impacto ambiental, según la cual se puede exigir medidas de mitigación de los impactos viales, fluviales, ambientales y otros.
¿Qué pasa con los impactos en seguridad?
La construcción de un proyecto con 3.000 viviendas, por cierto produce impactos en los accesos viales, en los servicios de necesidad pública, impactos ambientales; pero de igual forma apareja un impacto en seguridad. Así, 3.000 viviendas aparejará un promedio de 12.000 nuevos habitantes en el sector en desarrollo, los que serán nuevos usuarios del sistema de seguridad, los que exigirán un servicio oportuno y de calidad.
Para ello la Subsecretaría de Carabineros del Ministerio de Defensa Nacional, la Asociación Nacional de Desarrolladores inmobiliarios y la Cámara Chilena de la Construcción estamos trabajando en la implementación de un plan de trabajo público-privado orientado a satisfacer las necesidades de seguridad en los nuevos desarrollos inmobiliarios. Con ello, se construirán barrios seguros, capaces de hacerse cargo de las nuevas demandas del consumidor inmobiliario, ubicación, comodidad, servicios y seguridad.
Hoy el programa se desarrolla por acuerdo de voluntades de las partes involucradas.
La institucionalización de dicha forma de trabajo constituye un desafío futuro a fin de que al momento de evaluar cada desarrollo inmobiliario se observen integralmente los potenciales impactos que estos pueden aparejar, lo que permitirá al futuro comprador tener la certeza que junto a su vivienda se ofrecen las condiciones básicas para vivir en paz y tranquilidad.
Sólo así podremos hablar que estamos construyendo barrios y ciudades con miras al bicentenario, donde la seguridad natural constituya uno de los pilares del desarrollo urbano de nuestro país y el habitante pueda gozar ya no sólo de una vivienda sino de un barrio y una ciudad que lo inviten a compartir en los espacios públicos y fortalecer el capital social como herramienta de desarrollo de país, mostrando al mundo que la privilegiada ubicación actual de nuestra capital en el orden internacional es y será fruto de mejoras permanentes que nos mantendrán en dicho sitial por muchos años mas.
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